Un exjugador de los Titanes y los 49ers será el primer en participar en el Super Bowl tanto como jugador, como árbitro.
El próximo domingo 11 de febrero se vivirá una nueva edición del Super Bowl, el evento deportivo más esperado del año en Estados Unidos. El Allegiant Stadium, en Las Vegas, Nevada, será el escenario donde los Chiefs de Kansas City y los 49ers de San Francisco se disputarán el trofeo “Vince Lombardi”, en una reedición de la final del 2020.
Para este encuentro, la NFL designó a una cuadrilla de árbitros encabezada por el experimentado Bill Vinovich, quien dirigirá su tercer Super Bowl, tras el XLIX y el LIV. Sin embargo, la atención se centrará en uno de sus colaboradores: Terry Killens, el umpire que hará historia al ser el primer exjugador que oficia en el partido más importante de la temporada.
Killens fue un linebacker que jugó siete años en la NFL, con los Oilers/Titanes de Tennessee, los 49ers de San Francisco y los Seahawks de Seattle. Su momento cumbre fue el Super Bowl XXXIV, cuando formó parte de los Titanes que cayeron ante los Carneros de St. Louis por un yarda de diferencia, en uno de los finales más dramáticos de la historia.
Tras su retiro como jugador, Killens se dedicó a ser árbitro, primero en el fútbol americano colegial y luego en la NFL, donde debutó en el 2019. Desde entonces, ha acumulado cinco temporadas como ‘cebra’, demostrando su conocimiento y pasión por el deporte. Ahora, tendrá la oportunidad de vivir el Super Bowl desde otra perspectiva, como un protagonista silencioso pero esencial.